¿Con qué frecuencia lavar el pelo rizado?

Las melenas onduladas y con rizos definidos brindan una apariencia fresca, atractiva y sensual. Van perfectas con cualquier outfit u ocasión. Sin necesidad de recurrir al rizador, aportan un volumen natural envidiable que exalta el rostro de quienes las ostentan. Son prácticas, versátiles y no requieren de mucho peinado. Sin embargo, no cualquier rutina de cuidado les funciona. Solo en la ducha, lavar el pelo rizado tiene su técnica. La frecuencia del lavado también dista bastante del resto.

Debido a su tendencia a la resequedad, el cabello rizado demanda de una mayor hidratación que el pelo liso. Este aspecto es clave para garantizar su brillo y suavidad, pero también para conseguir unos rulos más sueltos y manejables. Aunado a ello, proporcionarles el acondicionamiento necesario te ahorrará tiempo al desenredarlos y evitará que la hebra se caiga o se quiebre demás.

Si tienes ondas naturales y quieres que luzcan lo más sanas posible. En este artículo te detallaremos los cuidados que debes tener para alcanzar ese objetivo.

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Rutina ideal para lavar el pelo rizado

Cómo lavar el pelo rizado

La alimentación y las rutinas de lavado son las piedras angulares de la salud capilar. No todos los cabellos tienen la mismas necesidades y condiciones. Es por ello, que no a todas las personas les funcionan los mismos productos, ni las mismas técnicas. Incluso dentro de la tipología de pelo rizado, existe un sinfín de variaciones, que ameritan distintos tratamientos. De ahí la importancia de prestarle atención a la forma en que reacciona nuestra melena cuando le sometemos a determinados compuestos.

Sin embargo, cuando se trata de mantener los rizos en buen estado. Si que podemos enumerar una serie de pautas generales para nutrirlos y mejorar su textura desde los hábitos del lavado. Una serie de medidas que, aunque a simple vista parezcan sencillas, al ponerlas en práctica se traducirán en cambios sustanciales que verás a corto, mediano y largo plazo.

En tal sentido:

1.- Lava el cabello una vez a la semana o cada cuatro días

El pelo rizado por naturaleza es más poroso, lo que significa que absorbe más humedad del entorno, pero también la pierde con rapidez. Esto, sumado a su estructura curva que impide que la grasa producida por las glándulas sebáceas del cuero cabelludo llegue a las puntas. Hace que este tipo de cabello sea más propenso a resecarse.

Si lo lavas todos los días, harás que se vuelva el doble o el triple de reseco, por los efectos del agua y champú. Además, eliminarás los beneficiosos aceites naturales segregados por el cuero cabelludo, los cuales son esenciales para que el cabello se mantenga bonito y saludable.

Por tanto, lavarlo una vez a la semana será más que suficiente para mantenerlo limpio y preservar su estructura. A lo sumo, para quienes viven en zonas costeras y con mucha humedad, se aconseja enjuagarlo cada tres o cuatro días, no más.

2.- Desenreda el pelo antes de meterte a la ducha

A fin de evitar que se formen marañas o nudos imposibles de deshacer. Lo más recomendable es que te desenredes el cabello antes de bañarte. Para facilitar dicho proceso puedes aplicar un poco de acondicionador o unas gotas de aceite capilar sobre el cabello seco. Esparcir el producto con los dedos para luego extenderlo con un peine de cerdas anchas, será la mejor opción.

Con este paso previo, minimizarás la pérdida de cabello innecesaria y le darás un extra de hidratación a tu melena. Sin contar con el hecho de que ya estará más desenredada llegado el momento de acondicionarla.

3.- Usa agua fría para lavarlo

El agua fría resulta sumamente beneficiosa para alisar el pelo rizado, además le aporta brillo y previene el encrespamiento. Cierra las escamas de la cutícula y sella los poros para evitar la deshidratación. Constituye un excelente recurso para retirar el enjuague y dejar las fibras capilares más integras. A no ser que las hebras sean muy finas, es un gran aliado como pocos para mejorar su composición.

Aunado a ello, aumenta la circulación de los capilares del cuero cabelludo, lo que supone un alza de los nutrientes que llegan a cada hebra.

4.-Aplica champú sólo en el cuero cabelludo

El champú se usa para limpiar. Si los esparces por todo el cabello lo único conseguirás es que se maltrate por gusto. Los residuos que te interesa eliminar están en el cuero cabelludo, por ende, es allí en donde lo debes aplicarlo.

De igual forma, es fundamental que la hora de elegir este producto le prestes mucha atención a sus componentes. Para que no solo esté libre de sulfatos y parabenos, sino también para que contenga ingredientes naturales altamente hidratantes. Los champús que poseen aceite de coco, aceite de argán, aceite de oliva, aceite de almendras, manteca de karité, aloe vera y linaza, son especialmente amigables con las melenas onduladas y le aportan los nutrientes necesarios.

No obstante, de ser posible, será aún más ideal que tengas a tu disposición dos tipos de champú. Uno para la limpieza, que lo aplicarías de primero, y otro hidratante, para emplearlo en una segunda mano. Asimismo, ayudará en mucho a estimular la circulación capilar que los acompañes con unos breves masajes en el cuero cabelludo.

5.- Deja que se escurra bien antes de aplicar el acondicionador

Respetar los tiempos de acción de cada producto y de la reacción del cabello en sí mismo, te ayudará a obtener mejores resultados. En tal sentido, después de retirar el champú, procura esperar unos segundos para que el cabello se escurra. De este modo, el acondicionar podrá penetrar en las hebras y hacer su trabajo hidratante.

Una postura similar debes adoptar al momento untarte cualquier tipo mascarilla casera. Dedica al menos un día a la semana para consentirte y mimar tu cabello. Si vas a las carreras es mejor que no desperdicies el producto y dejes el tratamiento para después, ya que, como todo, requerirá un tiempo para actuar y hacer efecto.

6.- Aplica acondicionador solo de medios a puntas

Al igual que el champú, el acondicionador tiene una función específica bien delimitada y es hidratar. Por ello, debes distribuirlo de medios a puntas. Estas son las zonas más maltratadas de toda melena y en donde, por lo general, suelen partirse las hebras.

De resto, si aplicas acondicionador en la raíz, estarás favoreciendo la acumulación de grasa en el cuero cabelludo. Además, contribuirás con el alaciado excesivo y la melena perderá volumen.

7.- Utiliza un peine de dientes anchos para desenredarlo

Al optar por el uso de un peine con dientes anchos serás capaz de desenredar nudos sin romper el tallo del cabello. Asimismo, resultará de gran utilidad para prevenir el encrespamiento y ayudará a mantener la forma de las ondas. En fibras capilares rizadas su uso ideal es cuando están mojadas debido a que permite estilizar en gran medida los rulos.

También será esencial que el peine de cerdas anchas a emplear sea de madera. Los peines de plástico y los cepillos no son materiales adecuados para el pelo rizado. Aumentan su encrespamiento y lo quiebran.

8.- Compra una toalla de microfibra

Las toallas de algodón suelen enredarse y crear fricción contra el cabello. De ahí que se prefiera el uso de toallas de microfibra que se deslizan suavemente y no le causan ningún tipo de daño a las hebras. Además, al tratarse de una tela sintética, es capaz de absorber más rápido la humedad, por lo que resulta ideal para secar el pelo, reduciendo el frizz.

La durabilidad y la forma, son otra de las grandes ventajas de este material.

9.- Deja que se seque al aire libre

Darle tiempo al cabello para que respire y se seque con el aire natural es un gesto de amor propio que de seguro te dará buenos frutos. Aparte de aportarle más brillo y suavidad a tu melena, le estarás dando un merecido descanso del aire caliente del secador y otros elementos de esta índole que lo resecan en demasía.

10.- Evita saturarlo con crema de peinar

Finalmente, y no por ello menos importante, al momento de aplicar crema para peinar y domar las ondas, no te excedas con las cantidades. Empaparlo de producto no hará que luzca más suave y fresco, sino todo lo contrario. Le dará una apariencia más grasosa y pesada, además de hacerlo más propenso a absorber buena parte de los residuos que flotan o circulan en el ambiente.

La moderación es clave para obtener una melena hidratada, radiante y con mayor elasticidad.

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