En la lucha constante por lucir una melena fuerte y saludable. Son muchas las cremas, tónicos y lociones en las que envolvemos nuestro cabello para conseguir ese objetivo. Mascarillas de aguacate y huevo, aceite de oliva y miel, yogur y aguacate, agua de romero y aceite de argán. Hacen parte del abanico de ingredientes naturales de los que solemos echar mano para elaborar un nutritivo tratamiento casero para el pelo.
A través de la combinación y aplicación de dichas cremas, logramos revitalizar, hidratar, fortalecer y devolverle el brillo al cabello. El problema está, cuando la creatividad, en el mal sentido de la palabra, toma las riendas de las rutinas capilares. Al igual que cuando, por intentar abaratar costos, se sacrifica la asistencia de un profesional o se adquieren productos de dudosa composición para realizar alisados capilares, tintes o decoloraciones desde casa.
Saber hasta qué punto llegar es clave para no ocasionarle daños innecesarios al cuero cabelludo y al cabello. Pero ¿qué hace que un tratamiento capilar sea apto para aplicarlo nosotros mismos? Esa y otras interrogantes las responderemos en este artículo.
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¿Qué aspectos considerar al apostar por un tratamiento casero para el pelo?
La densidad y la integridad del cabello pueden verse comprometidas por múltiples factores de la cotidianidad. El uso sostenido de las herramientas de calor, la exposición excesiva a los rayos del sol y la contaminación del aire. Al igual que los malos hábitos de lavado, peinados tirantes y el abuso de tintes y decoloraciones, suele maltratar y debilitar notablemente cualquier melena.
Pero, justamente para revivir, regenerar y estimular el crecimiento del cabello, están diseñados los tratamientos capilares. Una serie de fórmulas aplicadas mediante distintas técnicas y hechas a base de un sinfín de componentes. Sin embargo, precisamente para obtener los mejores resultados y para evitar riesgos que pongan en peligro la salud capilar. Es indispensable discriminar entre qué tipo de productos pueden aplicarse en casa y cuáles, es preferible llevarlos a cabo de la mano de expertos.
Tanto los médicos especializados en alopecia como los estilistas profesionales, desde sus distintas áreas de acción. Tienen conocimientos y dominan técnicas que difícilmente aprenderás de un día para otro viendo un tutorial. Aunado a ello, existen ciertos químicos que no deben entrar en contacto con el cuero cabelludo y por ello deben aplicarse con esmero y sumo cuidado. Asimismo, si lo que deseas es frenar la caída del cabello con eficacia, nada mejor que una fototerapia o una mesoterapia capilar realizada por un dermatólogo.
No obstante, si de momento tienes un presupuesto muy limitado, ayudarte desde casa con recursos orgánicos, también es válido. Solo procura no elaborar combinaciones que generen efectos secundarios negativos y no hacer caso a todos los vídeos que circulan en redes sociales sobre mascarillas caseras. En lugar de ello, a la hora de realizarte un tratamiento casero para el pelo:
Prioriza los ingredientes naturales
En el mercado se comercializan cosméticos efectivos para contrarrestar el envejecimiento prematuro del cabello, las puntas abiertas y la resequedad. En tal sentido, si quieres aplicarlos desde casa, asegúrate de que estén hechos a base de ingredientes naturales y que contengan vitaminas y minerales que contribuyan con la regeneración capilar. Pero, sobre todo, que estén libres de alcohol, sulfatos, siliconas y parabenos.
El aloe vera, el aceite de argán, el aceite de coco, el aceite de almendras y el aceite de karité. Así como la vitamina E, la miel, el aguacate, la manteca de cacao y el aceite de jojoba. Son parte de los activos por los que debes apostar tanto para limpiar, como para acondicionar tu melena desde casa. Incluso, en función de las carencias que tengas, puedes combinarlos para elaborar una mascarilla capilar altamente nutritiva de aplicación semanal o mensual.
Elige recursos acordes a tus necesidades capilares
Pese a que todos nos exponemos al sol y a la contaminación ambiental en cierta medida. Las necesidades capilares de cada persona son distintas. Están quienes requieren más hidratación, las que tienen caspa, aquellas que cursan por una pérdida de cabello estacional. Y otras, que simplemente tienen el pelo muy debilitado y quebradizo a raíz del abuso de químicos y de las herramientas de calor.
Cada uno de estos problemas, daños y deterioros, demandan de tratamientos específicos para obtener mejores resultados. Por ello, es indispensable que conozcas muy bien tu tipo de cabello y el origen del maltrato que presenta. No es lo mismo restablecer la salud de los folículos pilosos de un cuero cabelludo con caspa o dermatitis, que fortalecer las raíces de una persona que se ha sometido a múltiples decolorantes a lo largo de su vida.
En el primero de los casos, lo más probable es que requiera un champú con propiedades antifúngicas como el piritionato de zinc. Mientras que en cabelleras sobrexpuestas a químicos y tintes, lo ideal será que contenga agua oxigenada para mitigar los tonos indeseados. Así como ingredientes naturales hidratantes como el aceite de argán para prolongar la duración del color.
Adquirir productos inapropiados y que no se correspondan con las características del cabello. Lejos de ayudar puede terminar por acentuar los daños o generar un efecto contrario al que se persigue.
Evita excederte de frecuencia
Así como lavarse el pelo todos los días reseca y deshidrata la cutícula, al punto de provocar la descamación del cuero cabelludo. Excederse con el uso de mascarillas naturales a base de aceite de oliva puede hacer que el pelo se engrase y ensucie con más facilidad. De ahí la importancia de moderar la frecuencia con la se aplican estos productos para que surtan un efecto realmente positivo.
Lo mismo ocurre con las exfoliaciones capilares. Limpiar y eliminar las células muertas es indispensable para que los folículos pilosos reciban la oxigenación necesaria. Pero exfoliarse todos los días puede ocasionar un efecto rebote y estimular la secreción de las glándulas sebáceas haciendo que produzcan más sebo. En este caso, lo más apropiado sería aplicarlo una vez al mes o cada tres meses a fin de sacarle provecho a sus beneficios.
Ponle atención al modo de uso
Aunque parezca obvio, leer la letra pequeña de la etiqueta y tener claro el modo de uso del producto es fundamental para evitar reacciones adversas. Cómo comentábamos en líneas anteriores, algunas fórmulas no están diseñadas para el contacto con el cuero cabelludo. Incluso, en las indicaciones de la mayoría de las mascarillas hidrantes comerciales está expresamente descrito que solo deben aplicarse de medios a puntas.
Hacer un uso indebido de cualquiera de estos cosméticos hará que sus propiedades no ejerzan los efectos deseados. Y al mismo tiempo, podrían desencadenar alergias, intoxicaciones, dermatitis y hasta una considerable pérdida de volumen.
Descarta los componentes que te generen alergia
Escoger el tratamiento casero para el pelo más idóneo. Pasa por conocer muy bien nuestro cuero cabelludo y por determinar frente a qué tipo de agentes se es alérgico. Básicamente para evitar su contacto y preservar la integridad de nuestra melena.
Un aspecto al que deben prestarle especial atención las personas de pieles sensibles. Debido a que son más propensas experimentar ardor, picazón, cosquilleo y enrojecimiento.
Pon en práctica estos simples consejos y verás como consigues el pelazo que tanto deseas.